Me acerque a donde el estaba, junto a un amigo. Estaba desanimada, quedaban pocos días para que me marchase de aquel lugar tan mágico para mí. Pero el verano acaba y no todo puede durar siempre. Se giro en cuanto escucho mis pasos, mirándome dijo:
-Sonríe, venga sonríe te quiero ver feliz.
Un poco avergonzada, intente sonreír, aunque más bien fue una mueca.
-¿Ves que bonita es? No dejes de lucirla.-Y el también sonrió.
Sentí una sensación muy extraña, pero a la vez placentera. Tenía unas enormes ganas de besarle pero a la vez sentía vergüenza. Estoy segura de que si le volviese a ver, sentiría lo mismo.
-Sonríe, venga sonríe te quiero ver feliz.
Un poco avergonzada, intente sonreír, aunque más bien fue una mueca.
-¿Ves que bonita es? No dejes de lucirla.-Y el también sonrió.
Sentí una sensación muy extraña, pero a la vez placentera. Tenía unas enormes ganas de besarle pero a la vez sentía vergüenza. Estoy segura de que si le volviese a ver, sentiría lo mismo.
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